Jesús prepara a los suyos no solo para su ausencia física sino para vivir en comunión con El Padre. Es hora de que miremos el camino pascual que hemos recorrido desde que empezó la cuaresma, un camino que debe culminar en la vida “según el Espíritu”. Pronto celebraremos la Ascensión y Pentecostés. No pueden ser simplemente unas fechas más del calendario litúrgico. Tiene que ser la experiencia del Don del Espíritu que ha ido transformando nuestra vida, como se transforma la vida de alguien que escucha de verdad: “hablará de lo que oye y les comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y les anunciará.” Pidamos por intercesión de Santa Juana, la capacidad de vivir según el Espíritu, como ella vivió especialmente en los grandes momentos de discernimiento y toma de decisiones en su vida.