Nuestra Señora del Buen Consejo

“Yo soy el camino, la verdad y la vida”

Jesús, muy conscientemente, se está despidiendo… los discípulos todavía no se enteran… metámonos en la escena, en los sentimientos de Jesús. Aparte de los sufrimientos que le esperan, le pesa en el corazón la situación en que van a quedar los discípulos: solos, temerosos, desorientados… perseguidos… Ese sería el marco en que les dice las primeras palabras del Evangelio de hoy: “No pierdan la calma… donde yo voy, ya saben el camino”.  Afortunadamente, hubo uno, Tomás, que se atrevió a expresar lo perdidos que estaban todos… a él le debemos estas palabras de Jesús, resumen contundente de su vida y misión: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Entremos ahora en los sentimientos de los discípulos. El Evangelio no los trae, podemos intuirlos en oración y agradecer esas palabras de Jesús que nos libran de perdernos en el laberinto de la vida.