“Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo»                                                                                                                 (Mt.16,13-19)
En este pasaje del Evangelio, la pregunta que hace Jesús a sus apóstoles, es también para nosotras/os. ¿Quién decimos que es Jesús?  A la gente, a los demás, a los niños de catequesis, a los jóvenes, a los que trabajan con nosotros diariamente. ¿Quién le decimos que es Jesús?  si los demás solo vieran nuestro testimonio, ¿Quién diría que es Jesús en nosotros? En el barrio ¿Quién dicen mis vecinos que es Jesús según nuestra vida, nuestro testimonio?

Entonces a la par de la respuesta personal de quien es Jesús para cada uno, es bueno preguntar si llevamos en nuestra vida, los estigmas de la ternura, de la compasión, del perdón, de Jesús, si miramos con sus ojos la vida, si hablamos dando paz, si nos amamos como matrimonios, si vivimos una vida sacramental que se extiende en la vida diaria, tratando a los demás como lo haría el mismo Jesús.

¿Dejemos resonar la interrogación: ¿Ustedes quien dicen que soy  YO? Es una pregunta que tendría que movilizarnos a todos los que estamos en las “cosas de Dios”, para revisar el testimonio de Jesús que damos a los demás.