LUZ
Ya se han colocado las luces en las casas y en las calles, se han desempolvado los adornos y los hogares se han vestido de fiesta. En el pesebre hay un lugar especial reservado para Jesús, la Luz que vence las tinieblas. “El Señor es mi luz y mi salvación” (Sal.26); es la luz del Adviento, la luz que devuelve la vista de los ciegos y guía nuestros pasos en la oscuridad, es Jesús, la salvación que ilumina a todo el universo. Que, al encender las velas del Adviento, nuestros ojos se abran a la bondad, a la generosidad y nuestras miradas reflejen la calidez de la Navidad, la eternidad del amor de Dios hecho Niño.