“Porque tanto amó Dios al mundo…” Jn. 3, 13-17
La relación que Jesús nos enseña a tener con Dios Padre es una relación basada en el amor porque Él derrocha amor por sus criaturas. Nosotros-as, como sus criaturas que recibimos ese amor debemos sentirnos capacitados-as para amar también, tanto a Él como a nuestros semejantes. Sin embargo, en ocasiones parece que olvidamos esa gran enseñanza que nos dejó Jesús y nos quedamos mirando solo nuestra insuficiencia, nuestra carencia. Hoy domingo, nos reunimos como comunidad que se sabe amada por Dios, pidámosle a Él, que nos ayude a descubrir desde nuestra propia vida esos signos de su gran amor y que vivamos esta semana sin perder de vista la certeza de su bondad, de su gratuidad, de su amor.