Será bueno estar en la actitud de los galileos y del centurión: acoger a Jesús, creer en su Palabra. Se acerca la Pascua y podremos entonces experimentar los cielos nuevos y la tierra nueva que anuncia Isaías (65,17). Escuchamos con frecuencia el llamado a vivir en el ahora, a olvidar las tal vez difíciles situaciones que se han vivido y que ya no son, a pensar que el futuro no está en nuestras manos, a centrarnos en el ahora. Pero la hora de Jesús tiene un lugar especial en el Evangelio de Juan, y si bien Jesús decía que no había llegado el momento en las bodas, es allí donde inauguró su misión, es ahora el centurión el que cae en la cuenta de “esa hora”; justo la de la salud de su criado. Va llegando la Pascua y podremos experimentar la hora de Jesús en nuestra vida: cielos nuevos y tierra nueva… ¡Abramos el corazón a la esperanza!