Martes 8    Luc. 10,38-42     Andan afanados y turbados por tantas cosas.

Martes 8    Luc. 10,38-42     Andan afanados y turbados por tantas cosas.

Seguimos contemplando a Jesús en su camino a Jerusalén y hoy lo encontramos en casa de sus amigos. Todo el relato es muy elocuente, pero nos vamos a detener en su diálogo con Marta, la mujer del servicio, la que está a cargo de todo, en contraste con su hermana María, la que se sienta a los pies de Jesús y lo escucha. Contemplemos el diálogo de Jesús con Marta y la manera como reconoce su diligencia, pero le hace caer en la cuenta de que no todo puede ser acción y agitación. En la vida de cada día necesitamos espacios de sosiego para descansar y escuchar; escucharnos, escuchar a otros, escuchar a Dios. Sólo desde ahí nuestra actividad y nuestro servicio podrán realizarse con paz, incluso con gozo e irradiar ese mismo espíritu en un mundo agobiado por el exceso de trabajo y ensordecido por tanto ruido y agitación.

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