Mateo 16, 24-28 ¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su vida?
El Evangelio de hoy nos pone de cara al seguimiento de Jesús, inseparable de la cruz y el sufrimiento. ¿Tengo experiencia de ambas realidades? ¿Sé armonizarlas en mi vida? A nadie le gusta sufrir. Pero el sufrimiento viene sin que lo busquemos. Todos podemos hablar de nuestra cruz de cada día. También de la lucha diaria por seguir a Jesús en medio de una sociedad que piensa y vive lo contrario.
En este Evangelio de Mateo, Jesús nos anima a seguirlo, a poner nuestros pasos en sus huellas. Nos invita a superar nuestro egoísmo, a tomar nuestra cruz y a dar la vida por su Reino. Sólo al perder la vida, se encuentra la propia plenitud. ¿Suena extraño? Quizá sí, pero es así como nos lo propone el Evangelio. En el Reino nadie debe mirar en primer lugar por su propio bienestar sino por el bien de los hermanos. “Quien guarda su vida, la pierde y quien la gasta por los hermanos, la hallará.
¿Estoy dispuesto a ser DON para los demás?