“Tu fe te ha salvado.” Mt 9, 18-26
La mamá que ora sin descanso, todas las noches por su hijo, el joven que se levanta temprano a trabajar sin ninguna garantía, el médico que se empeña en curar a su paciente en contra de cualquier diagnóstico, la profesora que se reinventa cada día para enseñarle al niño que aprende diferente, la hermana que sigue sirviendo y amando sin ningún aplauso. Todos ellos son seres tocados por Dios y aferrados a una fe que les permite creer que todo será distinto.
Dos de los encuentros que tiene Jesús en el Evangelio de hoy, nos hablan de esa fe inquebrantable, que hace posible la sanación de dos mujeres; una hemorroísa y una joven. En medio de la actitud del Padre que confía plenamente en Jesús y de una muchedumbre que se ríe de Él, Jesús sigue adelante con su misión de devolverle la vida a quien la ha perdido.
¿Nuestra fe nos ha salvado?