Miércoles 15 de mayo: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo” (Jn 17,18).

Miércoles 15 de mayo: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo” (Jn 17,18).

Tomemos en serio el hecho de que somos enviados/as. La primera vocación, que es a la vida, viene ya con una programación genética, con una serie de peculiaridades que nos vienen de muy atrás, pero también, del medio que rodeó nuestra infancia y adolescencia. Todo ello nos confiere una vocación única e irrepetible. Juana de Lestonnac fue hija de su tiempo, por sus padres, de condiciones, raíces y religiones distintas, pero Dios hizo su obra en ella para que pudiera ser el origen de una obra duradera. Nosotras nos identificamos con su vocación y misión. Conocer a Juana de Lestonnac es un llamado a la santidad, como nos lo propone Jesús en el Evangelio de hoy: “y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad» (Jn 17,19).   Contemos con el don de Jesús, con su envío.

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