“Mi casa será casa de oración” Lc 19,45-48

“Mi casa será casa de oración” Lc 19,45-48

El relato de hoy cuenta que Jesús echó a los vendedores del templo, porque su deseo era restaurar y ordenar el fin para el cual había sido construido: ser casa de oración. Esto no solo aplica a la construcción física, pues Jesús nos invita a revisar cómo está nuestra casa humana, teniendo en cuenta que cada uno de nosotros es templo de Cristo. Para hacerlo posible, la oración se convierte en la herramienta fundamental, que permite hacernos conscientes de cómo estamos viviendo la vida y qué lugar le estamos dando a Jesús. La oración hace posible la relación personal con Él, y la configuración con su modo de ser y de vivir.

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