Ama y perdona, porque Dios te ama y te perdona. Mt.18,21.19,1

Vuelve Pedro al escenario, esta vez con una pregunta aritmética. Y Jesús le responde saltando de un número generoso a uno indefinido. Ante Dios no hay deudas grandes o pequeñas… Es como si le dijera: “Mientras lleves la cuenta de las veces que has perdonado, no has entrado en la dinámica del Reino”.  La parábola de los dos deudores, nos trae al plano de lo humano, como fue la pregunta de Pedro. Ahí si tenemos todos y siempre un motivo para la reflexión. Lo humano sería perdonar una pequeña deuda, porque nos han perdonado otra, muchísimo mayor. El que es incapaz de perdonar a los demás, es que no ha tomado conciencia del amor absoluto e incondicional de Dios hacia él. En la oración de hoy, pongámonos frente a esta última verdad: Quien haya experimentado el perdón y la misericordia del Padre, no puede andar calculando las fronteras del perdón y la acogida a los hermanos.