El texto de hoy nos invita a encontrarnos con Jesús en un momento en el que Él mismo declara solemnemente: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas”. Cuánta falta nos hace encontrarnos con esa luz y acogerla, en este momento en que el panorama del mundo se oscurece más y más y no logramos ver un horizonte de futuro. Jesús nos lo dice de manera contundente: “el que me sigue no camina en tinieblas”. Pero la reacción de los fariseos aferrados como siempre a la ley cierra totalmente la posibilidad de acoger esa luz y con ella, la revelación más clara sobre Jesús como Hijo de Dios y como enviado del Padre y salvador del mundo. Ya nos lo había dicho Juan en el prólogo de su Evangelio: “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. ¿No es ésta la situación que vivimos también hoy? ¿Cómo la vivo yo?