ADVIENTO
Comenzamos un viaje espiritual hacia la alegría de la Navidad. Tiempo para renovarnos en la fe. Adornemos el árbol, saquemos el pesebre, encendamos las luces, pero sobre todo preparemos nuestro corazón para que venga el Salvador. Levantemos la cabeza, se acerca nuestra liberación (Lc.21,28), rompamos con todo aquello que nos oprime. La verdadera libertad comienza en nuestro interior. Cada paso hacia adelante nos confirma en la esperanza, levantemos la cabeza, miremos el horizonte, con Jesús hay futuro.