Lunes 7       Luc, 10,25-37 Jesús le dijo: “vete y haz tu lo mismo”.

Lunes 7       Luc, 10,25-37 Jesús le dijo: “vete y haz tu lo mismo”.

La parábola del Buen Samaritano que nos presenta hoy el evangelio, es quizás la parábola más actual y la que con mayor urgencia necesitamos leer y meditar en la Iglesia. No en vano el Papa Francisco le dedica un largo capítulo en su maravillosa encíclica Fratelli Tutti. Más allá del interesante diálogo de Jesús con el fariseo, el evangelio nos invita a detenernos en el hombre caído, abandonado en una cuneta del camino por el que pasan sacerdotes y levitas rumbo al templo, y por el que va también un samaritano del que nada se podría esperar, pero lleno de compasión. Es precisamente este hombre inclinado hacia el otro caído en la cuneta el que va a representar para Jesús la imagen del verdadero prójimo, del verdadero ser humano que este mundo tanto necesita. ¡Son tantos hoy los hombres asaltados y dejados en las cunetas de la vida los que esperan nuestra compasión! Detengámonos y pidámosle a Jesús que nos dé su mirada compasiva para detenernos ante tantos hombres dejados en la cuneta de la vida.

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