“El Reino de Dios se parece…” Mt 13, 31-35
Es difícil definir el Reino de Dios. Todo lo realmente importante, como no tiene medida y es infinito, no puede contenerse en una sentencia. El amor, la amistad, la fe, lo bello, lo bondadoso…
Jesús sabe que no hay palabras para hacerlo, por eso nos propone imágenes que evocan la realidad escondida. Por ejemplo: el grano de mostaza y la porción de levadura.
Así transcurría la vida cotidiana de Marta, el testimonio que la Iglesia nos invita a contemplar hoy: en la casa, entre sus quehaceres, desde lo más pequeño e irrelevante, Marta entregaba todo para servir a los demás.
¿A qué se parece el Reino de Dios en nuestro día a día?, ¿qué imágenes, rostros del paisaje cotidiano te revelan el Reino?, ¿qué estamos haciendo para que el Reino se haga visible? Pidámosle a Marta que nos enseñe a descubrir lo extraordinario en lo ordinario de la vida.