“Al verla el Señor, se compadeció de ella…” Lc. 7, 11-17
La actitud de Jesús tiene mucho que enseñarnos. En un mundo en el que vivimos cada vez más acelerados, en el que tenemos que responder por diferentes actividades cada día y fácilmente podemos caer en el ensimismamiento. Jesús nos enseña el valor de la compasión que surge de la mirada atenta y contemplativa a la vida, a lo que pasa, no solo a lo que me pasa. Jesús se hace parte de una situación de tristeza profunda, no le es posible continuar el camino sin antes tener un gesto de calidez con esta viuda que sufre por la pérdida de su único hijo. Hoy vivamos con los ojos abiertos, con el corazón despierto para mirar contemplativamente lo que ocurre a nuestro alrededor, también podemos tener gestos de calidez con quienes encontremos y que los necesitan.