La resurrección es el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad. Es la victoria definitiva de la vida sobre la muerte, de la luz sobre las tinieblas, del amor sobre el odio. Es la manifestación suprema del poder de Dios que transforma nuestra existencia y nos hace partícipes de su misma vida. El Señor nos invita a cambiar de vida, a despertar a la vida verdadera, a dejar de vivir dormidos en nuestras rutinas, en nuestra comodidad, en nuestra resignación. La resurrección es la irrupción de lo nuevo en nuestras vidas, es el soplo del Espíritu que nos renueva y nos hace renacer. Creer en la resurrección significa, más bien, disponerse en la confianza de que Dios es un Dios de vivos y que la eternidad comienza aquí y ahora.