“Tocamos y no bailan, cantamos lamentaciones y no lloran” Lc. 7, 31-35

Hay una actitud que cada vez es más común en nuestra sociedad; la insatisfacción, esa apatía de no sentirse parte de nada que nos lleva poco a poco a perder la sensibilidad. Parece que no fuera solo una actitud de la sociedad moderna, pues vemos que Jesús mismo lo reprochaba en su tiempo. El salmo de hoy es un complemento del Evangelio, ya que nos habla de dar gracias a Dios “de todo corazón”. Y en esa línea, también se puede afirmar que una manera de hacerle frente a esa insatisfacción, en la que podemos caer, es agradecer, pero no de manera superficial o por cortesía solamente. Se trata de agradecer desde el corazón, tal como nos lo expresa el salmo. Hoy, ¿por qué le agradecemos al Señor de todo corazón?