Cuarta semana de Pascua
En el evangelio de hoy las palabras de Jesús resuenan plenamente; Él, es el Pastor, es quien nos llama por nuestros nombres y nos abre la puerta para entrar a las nuevas praderas de su Reino, para que así “tengamos verdadera vida y la tengamos en plenitud”. ¿Pero qué sucede hoy? En muchas ocasiones estamos afectos a escuchar diversas voces en nuestro interior –muchas de ellas parten de un mundo individualista, elitista, materialista y consumista voraz- que nos llevan por camino diferente al que el Señor nos ofrece. Así nos vemos tentados por un mundo de aparente felicidad. El llamado entonces, es a no cerrar la puerta, y a escuchar la voz del Pastor que quiere lo mejor para nosotros, porque nos ama y nos insta a cruzar su puerta.
A la luz del Evangelio de hoy nos podemos preguntar: ¿Cuál es nuestra puerta? ¿Qué voz seguimos cuando escuchamos tanto ruido en nuestra sociedad?