Mt 14, 22-36. Mándame ir hacia ti andando sobre el agua.

En este pasaje, nos damos cuenta de que Jesús camina sobre el mar sin miedo, con mucha seguridad; Pedro en cambio, camina sobre el mar con la duda de hundirse. La fuerza para poder caminar en la vida sobre la debilidad, sobre la fragilidad, sobre el mal viene de la fe. Y la fe es un regalo que nos da Dios para encontrarnos con Él, para caminar firmes por la vida. Pedro, como todos los humanos, temió, comenzó a hundirse y gritó: ’Sálvame, Señor’. Al instante Jesús le extendió su mano, lo reprendió y subieron juntos a la barca. Allí estaba la mano misericordiosa, amorosa y tierna de Dios que responde a quien lo invoca.

 ¿De qué necesito que me salve hoy el Señor?  Pídele perdón por no confiar plenamente en El