Martes 7 de mayo: “Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito” (Jn 16,7).

Martes 7 de mayo: “Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito” (Jn 16,7).

Estas palabras de Jesús preparan a los discípulos para la ausencia física de su Señor, para la experiencia de una fe post pascual, que habrá atravesado la muerte. También a nosotros nos conviene ser fortalecidos por el Espíritu Santo. El don del Espíritu es fuerza, es vida, es compañía en la misión y en las pruebas. Cuando Juana de Lestonnac rompe sus escritos espirituales, cuando guarda silencio obediente ante el Cardenal, cuando es sepultada sin que sus hermanas afanen su canonización, y ésta no llegue hasta más de 300 años después, es porque Juana ha confiado al Espíritu su obra, sabe que “ser mujeres Nuevas” es una nueva forma de presencia en la Iglesia, que se alista entre la de las grandes mujeres de la historia de salvación, aquellas que, como María, están cubiertas por la sombra del Espíritu Santo.

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