Una escucha que hace arder el corazón
La liturgia de hoy nos ofrece tres casos de escucha, que al orarlos pueden resultar muy aleccionadores para nosotros. El de Pedro y Juan, en los Hechos de los Apóstoles: cómo escuchan al lisiado de nacimiento que les habla sin palabras: solo con el gesto y la mirada. Y Pedro le responde dándole lo mejor que tiene: la fe en Jesús de Nazareth. Esta historia, ¿te recuerda algo que has vivido? ¿Te invita a ser más atenta en la escucha, más explícita en el anuncio de Jesús?
Y el Evangelio, nos narra con todo detalle, la escuchadel “desconocido” a los peregrinos de Emaús y la de éstos, al “forastero” que “les hace arder el corazón mientras les habla por el camino”. Todo termina en una mesa “eucarística” en la que reconocen a Jesús, por “su manera de partir el pan”… Lee despacio el Evangelio y súmate a esa aventura, haciendo en tu mente el ejercicio de caminar, escuchar y sentarte a la mesa con Jesús… ¿Qué sentimiento te deja éste rato de oración?