“Gratis lo han recibido, denlo gratis».

“Gratis lo han recibido, denlo gratis».

Es frecuente ver a Jesús recorriendo ciudades y aldeas, anunciando el Reino y curando toda dolencia. El contacto de Jesús con la gente le acercaba a la realidad de cada persona, a experimentar con paz y a moverse a la acción.

A esto estamos llamados por Dios, a ser sus discípulos, anunciadores del Reino, a poner nueva vida en el mundo. Se diría que los hombre y mujeres no tienen fuerza espiritual para animar y dar sentido a sus vidas porque viven corriendo, sumergidas en una nerviosa e intensa actividad, vaciándose por dentro, sin saber exactamente lo que quieren.

Todos deseamos ser curados y disfrutar de la vida. El cristiano desde la entrega gratuita del amor recibido, debe alentar esta sanación en tantos que están a nuestro lado. El camino del amor gratuito es el signo del reino entre nosotros, animémonos a recorrerlo.

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