¡Velen! Mc. 13, 33-37

¡Velen! Mc. 13, 33-37

Iniciamos el Adviento y con él, un nuevo año litúrgico y, por tanto, la posibilidad de renovar nuestro seguimiento a Jesús en radicalidad, reconocer su presencia en nuestras vidas y en el mundo.

El Adviento inicia con la invitación a vigilar como algo clave. Los Evangelios lo repiten constantemente: “vigilen”, “estén alertas”, “vivan despiertos”. Esta invitación de Jesús no es solo para los discípulos sino para todos sus seguidores de todos los tiempos.

Una Iglesia «dormida» a la que Jesucristo no seduce ni toca el corazón, es una Iglesia sin futuro, que se irá apagando y envejeciendo por falta de vida. Que este camino sinodal que hemos comenzado, nos ayude a ser una comunidad viva de creyentes, seducidos por  Jesús y que nos hace aguardar despiertos.

Iniciemos este tiempo de adviento conscientes de esta actitud a la que nos invita Jesús: ¡Velen!

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