Cuando hay una adhesión profunda a la persona de Jesús, buscamos ante todo vivir en coherencia con los valores del evangelio. Esto implica que seamos perseverantes, porque los mismos contextos y ambientes en los que vivimos en ocasiones nos desvían y nos llevan a dejar a un lado los criterios del evangelio. Cada contexto histórico tiene sus retos y en cada uno de ellos vemos como constante que vivir en coherencia con el evangelio es un viaje a contracorriente, por ello es necesario la comunidad de fe. Pidamos al Señor la gracia de perseverar, de mantenernos firmes en la fe, de que él sea la fuerza para permanecer hasta el final.