La gratitud es un valor que se gesta en el interior de los seres humanos, por medio de una acción directa o indirecta de otras personas. Esto es lo que experimentó el leproso de Samaría, quien sintió una gratitud inmensa hacia Dios, con tal intensidad, que se devolvió a buscar a Jesús para agradecerle este gesto que cambió su vida. Siendo agradecidos vemos la vida desde otro ángulo, porque la gratitud nos permite encontrar lo bello, hasta en las situaciones más difíciles. Hoy, la invitación de este leproso, es volver nuestro rostro a Dios y expresarle nuestro agradecimiento por tanto bien recibido. Simplemente es recuperar la memoria y leer con gratitud nuestra vida.